"[...] ¡Que
reine, hijos míos, el sagrado Corazón de Jesús en nuestras almas! ¡Que reine en
las familias! ¡Que reine en los pueblos! ¡Que reine en la sociedad, y todo será
salvo! Fuera de Él no hay salvación posible" (Pastoral 3, Pasto, 12 de junio de 1896).
- "[...] que aunque nuestra misión es de paz, también lo es de guerra contra todo error, y que no es falta de caridad enseñar la verdad tal como la enseña la Iglesia" (Instrucción, Pasto, 29 de octubre de 1897).
- "[...] ¡Dueño del Universo!, ¡qué pobrecito estás en tantas partes del mundo por nuestro amor!"
- "[...] El honor y la gloria son para solo Dios: Soli Deo honor et gloria (Sal 115,1)" (11-6).
Ejemplo de lo que ha de hacer un sacerdote:
- «El padre Santiago [Matute] y yo estamos trabajando aquí en Bogotá todo lo que podemos en púlpito y confesonario... Nos buscan a todas horas para confesar presos, soldados, ejercitantes, y nuestra iglesia se ve de continuo con mucha gente que viene a confesarse. El padre Victorino derrama con alguna frecuencia lágrimas de contento diciendo que La Candelaria ha vuelto a ser lo que era en sus buenos tiempos... El clero es muy poco y por precisión tenemos que trabajar mucho los pocos que estamos. Nuestro sitio es el confesonario y se puede decir que no salimos de él sino para prepararnos para el púlpito» (9-4-1890).
-En un sermón de 1892 en la iglesia de la Compañía en Bogotá decía:
«No subo a este púlpito para entreteneros con frases escogidas o con flores de estilo. He subido a este sitio a dar gloria a Dios y a excitaros a que también se la déis vosotros».
- "O con
Jesucristo, o contra Jesucristo. O con los que piden que reine Jesucristo en los
individuos, en las familias, en los pueblos y en las naciones, diciendo con San
Pablo “es preciso que reine Cristo”, o con los que gritan blasfemando y con
rabia, “no queremos que Cristo reine sobre nosotros”. No hay término medio:
en uno de esos dos campos, tan opuestos entre sí, hemos de estar
necesariamente. El que pretenda ser neutral, se convierte en un traidor. Se
deduce del Evangelio [...] Jesucristo es
el que habla y dice: “El que no está conmigo, está contra mí” (Mt 12,30).
¡Palabras enérgicas y decisivas! Es preciso que las oigan los hombres que
quieren estar con Jesucristo y con los enemigos de Jesucristo, si no quieren
perecer bajo el peso de una reprobación espantosa. Jesucristo no habla más que
de dos clases de personas: de sus amigos que lo adoran y aman, y de los
contrarios que lo odian y persiguen" (Pastoral 20, Pasto, 15 de enero de 1904).
«No subo a este púlpito para entreteneros con frases escogidas o con flores de estilo. He subido a este sitio a dar gloria a Dios y a excitaros a que también se la déis vosotros».