jueves, 6 de agosto de 2020

Conspiraciones y conspiranoias.

Habitualmente, cuando se habla de conspiraciones, a mucha gente se le encienden las alarmas y piensan que son temas de chalados. Creo que se debe al hecho de que que se confunden las conspiraciones reales (que siempre han existido) con las conspiranoias, que son delirios y exageraciones.

Conspiranoia es, por ejemplo, decir locuras como que ciertos políticos o reyes son reptilianos alienígenas o ver obsesívamente mensajes malignos detrás de absolutamente todo. El que haya gente diciendo estas locuras les viene muy bien a los verdaderos conspiradores, ya que gracias a ello cualquiera se puede burlar del que hable de conspiraciones reales.

El tema de la conspiración no tiene nada de raro ni extraño. El ser humano siempre a tenido tendencias pecaminosas de dominar a otros. Por ejemplo la revolución francesa fue una conspiración de inspiración masónica que terminó en una carnicería. En esa época se empezó a hablar del nuevo orden mundial. Se le dio la espalda a la moral cristiana para crear una moral de nuevo cuño, al gusto de la masonería. Todo esto impuesto por obligación, con un paternalismo repugnante y sin consultar al pueblo ¡faltaría más! Y tres siglos después, en esas seguimos. Y así nos va.


El dominio mundial hoy es más fácil que nunca. Con los avances tecnológicos y de comunicación, la globalización el planeta se ha convertido, por así decirlo, en un pueblo pequeño, y se maneja más fácilmente a golpe de ingeniería social. Lo que algunos grupos y élites  siempre han intentado es más fácil que nunca.

Y ¿qué tiene que ver esto con la fe cristiana? Pues que van a por nosotros. El cristianismo y la Iglesia Católica es el último baluarte de la Verdad, el único que le planta cara a las modas de turno, al relativismo, a la sociedad líquida, a lo mundano. El cristianismo es como la conciencia de la sociedad. Le recuerda el camino correcto hacia la Verdad perenne. Y eso a muchos les molesta para sus planes. Por eso somos la religión más perseguida.

El cristianismo en la forma de la cruz y en virtud del mandamiento de "amarás  a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo" defiende, de manera vertical la verdad  de los derechos de Dios, y de forma horizontal, la verdad de los derechos del hombre. 

Y todo lo que no está incluido en esto se nos debería antojar basura voluble y transitoria.

IFC