miércoles, 11 de agosto de 2021

Cambios climáticos y ecologismos

 Hay que aclarar que es normal que la Iglesia se pronuncie sobre ecología. Bastantes Papas lo han hecho durante el siglo XX y lo que llevamos del XXI. Es normal una sana preocupación cristiana, ya que Dios nos ha hecho custodios de la creación, y debemos respetarla. De lo contrario sería como si un padre rico regalara una mansión a sus hijos y éstos comportándose como malcriados, la destrozaran.

Pero la problemática comienza cuando se cae en una ideología ecológica manipuladora. Aunque se pueden dar contaminaciones en nuestro planeta, del cambio climático se dicen e imponen muchas sentencias categóricas que a menudo no cuentan con consenso científico. Y es que hay mucho negocio e ingeniería social de por medio, (como estamos viendo que a veces ocurre con la nueva enfermedad) a golpe de miedo y terrorismo informativo.

Son las curiosas pautas del terror que nos imponen. Por ejemplo temas, que si bien sin duda, tenían una base de realidad y peligro, sospecho que se instrumentalizaron para asustar más de la cuenta:

- Recuerdo cuando era niño, en los 80, muchos crecimos aterrorizados por los supuestos agujeros de la capa de ozono, que decían, eran cada vez más y más grandes. A finales de los 90, empezaron a decir que se había descubierto que estos se regeneraban, y ¡tachán! de repente, después de años, se dejó de hablar de esto. Se había pasado la moda de asustar con este tema.

- También ocurrió con la idea de que las omnipresentes bombas nucleares hicieran estallar el planeta. Se dejó de hablar de esto, se había pasado la moda.

- Las vacas locas, el  A (H1N1) del 2009, que quedó en casi nada, pero se hizo en negocio de vender millones de vacunas, el évola... 

Pero, al menos, con estos temas pasados, generalmente no se caía en la última desvergüenza: culpar al ciudadano. 

Ahora se repite el mantra mentiroso en los medios de comunicación que todos tenemos la culpa de la contaminación, hasta el punto de que mucha gente se lo ha tragado y lo repiten por las calles.

Como cristiano, defiendo que tenemos que reconocer las culpas personales, no tengo problema. Siempre y cuando sea verdad y no una falsedad inventada. Eso de que "todos contaminamos" es una falacia fácilmente demostrable:

Por ejemplo, el problema del plástico: resulta que el plástico, por ejemplo de los envases de alimentos y embotellados, al tirarlos a la basura, a veces terminan en el mar, y el plástico puede permanecer ahí hasta 500 años. Esto, que yo sepa, se empezó a decir hace unos pocos años, ya podían haber avisado antes los expertos. Muchas personas hemos bebido agua embotellada toda la vida, bien por no ser el agua potable, o por no tener las cañerías de casa en condiciones. Ahora resulta que somos malos, según algunas cadenas de tv, que nos quieren convencer de beber del grifo. Hay lugares en los que el agua del grifo no es potable ¿Y si donde vivimos no lo es, o las tuberías están mal, qué hacemos? ¿Intoxicarnos?

No conozco a nadie que no recicle tirando los plásticos en sus respectivos contenedores. Estoy de acuerdo en que se deje de contaminar con plásticos, pero para arreglar los problemas hay que ir a la raíz.

El problema no es de los ciudadanos, es de la políticas que no regulan responsablemente y de las grandes compañías que fabrican el plástico, que saben que tienen un negocio fantástico y no le da la gana de dejar el plástico de lado. Es de sobra conocido que existen materiales biodegradables para los envases y apenas lo hacen, supongo que por que no les da la gana.

Además hay gente talentosa que han inventado sistemas y maquinarias de recogida de basura marítima muy eficaces. ¿Se están aplicando?

Y lo mismo que con el plástico, hacen con los deshechos tecnológicos (ordenadores y teléfonos rotos etc...) La culpa no es del ciudadano, que pongan unas buenas políticas de sistema de recogida de deshechos tecnológicos.

Hay unos pocos casos en los que los ciudadanos tenemos que ser responsables: reciclar, no ensuciar espacios naturales, etc... ¿El resto? Eso se tiene que resolver desde acuerdos internacionales y desde las empresas multinacionales.

Lo que buscan los ingenieros sociales es inculcar en nuestras mentes la falsedad de que somos un virus maligno para el planeta y que hay superpoblación para así justificar el negocio del aborto, la eutanasia, y en algunos casos, no digo que sea en todos, tal vez... ¿"soluciones en jeringa"?. 

Así reducen la población mundial a su gusto, según los números que ellos consideran "buenos " para el planeta.

Aquí lo que hay es mucha pseudomística "nueva era" naturalista de gaia, la supuesta madre tierra, pachamamas, etc... Quieren crear una nueva moralidad y "pecados" social-buenistas que sustituyan a los 10 mandamientos. 

A mí que no me endilguen pseudomaldades baratas, que bastante tengo ya que luchar contra mis pecados habituales. 

IFC