martes, 28 de mayo de 2024

La última prueba de la Iglesia y el triunfo de Cristo


 

Fragmento de la instrucción sobre los criterios de discernimiento vocacional

 


Sobre la homosexualidad infiltrada en la religión

 «Hay demasiada mariconería en los seminarios». No lo digo yo, lo ha dicho el Papa. 
He de decir que muchas veces he querido sacar este tema en mi blog. Y también otros temas polémicos, y no lo he hecho, pero ya que el Papa lo dice lo voy a abordar.
Siempre he pensado que hay cosas que es mejor no airear para no causar escándalo, pero ya que en la confusión actual el escándalo es habitual, pienso que se cruzan ciertas líneas rojas. Y cuando esto sucede, antes de que la confusión avance, es mejor poner luz sobre la corrupción para que se produzca la limpieza. Si no se descubren las heridas, no se podrán curar. 
A eso se refería san Antonio de Padua cuando decía: 
- " La verdad engendra odio; por esto algunos, para no incurrir en el odio de los demás, echan sobre su boca el manto del silencio. Si predicaran la verdad tal como es y la misma verdad lo exige y la divina Escritura abiertamente lo impone, ellos incurrirían en el odio de las personas mundanas… Jamás se debe dejar de decir la verdad, aun a costa de provocar escándalo" (Sermones, I, 332).
O santa Catalina de Siena al decir:
- "¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas porque, por haber callado, el mundo está podrido!"
Eso sí, aclaro que no estoy de acuerdo con los modos e insultos que algunos propinan por internet. Hay que odiar al pecado, pero amar al pecador, y no machacarlo. Además todos somos pecadores.
Pasemos al tema de las tendencias homosexuales en el clero. Obviamente, no es el caso de la mayoría, y sabemos que ha habido expulsiones precisamente por ello. No todo es irresponsabilidad. Pero aún teniendo en cuesta esto, hay que estar ciego para no ver que hay demasiados. La mayoría no, por supuesto, pero si demasiados.
Existen datos de que por ejemplo, en la edad media había algunos casos. Pero, generalmente, si los pillaban tardaban poco en expulsarlos. En las últimas décadas no tanto, porque algunos sectores contaminados de modernismo y relativismo, van de "chupiguays" y quieren agradar cobardemente al mundo en vez de intentar que la Iglesia funcione lo mejor posible y las almas se salven.
- Una persona con tendencias de atracción hacia al mismo sexo es aceptada por la Iglesia y puede santificarse como cualquier otro cristiano. Pero aquí no hay "cristianos vip privilegiados".  Tienen que esforzarse por vivir la castidad, igual que aquellos que somos heterosexuales.
- En el clero y en la vida religiosa no puede haber tendencias homosexuales. Y no se trata de discriminación. Una del las razones más poderosas para ello, es que la persona tiene que convivir con personas de su mismo sexo, ya en el seminario, ya en monasterios, conventos etc. Algunos opinan erróneamente: "sí, pero si vive la castidad..." Esa opinión es inadmisible, porque sería un pecado temerario el no evitar la ocasión de convivir con personas de su mismo sexo. Estarían expuestos continuamente a la tentación por sus tendencias. Además de caer en el orgullo espiritual de creer que pueden con eso.
- Pensemos en las vocaciones... una persona heterosexual con posible vocación puede sufrir mucho por tener que convivir con personas con estas tendencias. Sobre todo por -no nos engañemos- la falta de seriedad doctrinal que esto supone. Además del riesgo de que se generen lobbies con efecto llamada en monasterios y seminarios.
- La vocación no es un derecho, es una llamada de Dios. El sacerdocio ministerial y la vida religiosa es un asunto muy serio. Dios es misericordioso y sabe que  somos débiles. Pero una cosa es la debilidad y otra cosa muy distinta es que algunos quieran reírse de su Iglesia y de los fieles. Los perros mudos tendrán que dar cuenta ante Dios. De Él nadie se burla. Los obispos , rectores y ministros religiosos tienen que cerrar urgentemente el grifo de las tonterías gays en el clero y en las órdenes religiosas cuanto antes.
 En mi opinión personal, si una persona con tendencias homosexuales, tiene la sospecha de estar llamada al sacerdocio o a la vida religiosa, puede estar seguro de que no es así.
Por otra parte, creo que también deberíamos de preguntarnos como sociedad, cómo estas tendencias que siempre ha sido minoritarias, han terminado en este delirio propagandístico lgtbynosecuantascosasmás, que ha terminado hasta colándose en algunos sectores de la Iglesia. Yo lo tengo muy claro, es pura ingeniería social de la oligarquía mundialista ricachona y  neomalthusiana, que en su obsesión antinatalista ponen de moda y financian cualquier relación sexual que no sea reproductiva, con el afán de reducir la población mundial.
No tengo ninguna intención de polemizar. Estoy seguro de que cualquier cristiano de buena voluntad que se tome en serio la fe y quiera lo mejor para la Iglesia, estará de acuerdo con lo que he escrito y no se ofenderá. Tenga las tendencias que tenga.
IFC.