Dios es Amor, odia el pecado pero ama al pecador. Los cristianos también estamos obligados a hacer esta distinción. Cuando hay graves pecados sociales e ideologías nocivas estamos obligados a denunciarlos, pero sin odio a las personas.
"Si alguno dijere: Amo a Dios, pero aborrece a su hermano, miente. Pues el que no ama a su hermano a quien ve, no es posible que ame a Dios a quien no ve. Y nosotros tenemos de El este precepto: que quien ama a Dios, ame también a su hermano". I Juan 4, 20-21.
IFC.